Pertenecía al Palacio de San Telmo. Fue donado a la ciudad por la Duquesa de Montpensier, la infanta María Luisa Fernanda de Orleans, el día 19 de Junio de 1893. El parque no se incorpora realmente a la ciudad hasta que Sevilla asume la gestión de la Exposición Iberoamericana de 1929. Fue en esa época, principios del siglo XX, cuando el Ayuntamiento encarga al ingeniero francés Forestier la reconstrucción y remodelación del parque, que sería el espacio principal de dicha exposición. A esta muestra pertenecen las edificaciones que hay en el parque. En los alrededores se encuentran el resto de los pabellones de estilo neocolonial.
Posee gran variedad
de especies vegetales,
no se ciñe a las
autóctonas.
En la "isleta de los patos" además de estos hay cisnes y pavos reales. El ave de la izquierda es un gorrión.
Portada barroca del siglo XVIII del Palacio de San Telmo, al que pertenecían los jardines que hoy componen el parque, pero que actualmente no están unidos. A la izquierda uno de las pocos edificios que hay en el parque y que existían antes de ser donado a la ciudad.